Claramente asustado, el mago parcialmente calvo se apresuró a alejarse. Aparentemente el hombre al que Harry estaba representando, Runcorn, era intimidante.
“¡Psst!” dijo una voz, y miró alrededor para ver a una bruja de cabello corto y al mago de aspecto perruno de Mantenimiento Mágico gesticulando hacia él junto a la estatua.
Harry se apresuró a unirse a ellos.
“¿Todo bien entonces?” susurró Hermione a Harry.
“No, todav´ıa está embutido dentro de ese cerdo” dijo Ron.
“Oh, muy divertido... es horrible, ¿verdad?” dijo a Harry, que estaba mirando la estatua. “¿Ves en qué están sentados?”
CAPÍTULO 12. LA MAGIA ES PODEROSA
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Harry miró más atentamente y comprendió que lo que hab´ıa pensado que eran tronos con tallas decorativas eran en realidad montones de seres humanos esculpidos; cientos y cientos de cuerpos desnudos, hombres, mujeres y ni˜nos, todos con caras bastante estúpidas y feas, retorcidos y presionados todas juntas para soportar el peso del los magos bien vestidos.
“Muggles” susurró Hermione. “En el lugar que les corresponde. Vamos, entremos.”
Se unieron a la marea de brujas y magos que avanzaban hacia las verjas doradas al final del vest´ıbulo, mirando alrededor e intentando parecer tan poco sospechosos como fuera posible, pero no hab´ıa se˜nales de la inconfundible figura de Dolores Umbridge. Pasaron a través de las verjas a un vest´ıbulo más peque˜no donde se formaban colas delante de veinte rejas doradas que albergaban otros tantos ascensores.
“¡Cattermole!”
Miraron alrededor; el estómago de Harry dio un vuelco. Uno de los mortifagos que hab´ıan presenciado la muerte de Dumbledore se acercaba a zancadas a ellos. Los trabajadores del Ministerio que estaban junto a ellos se quedaron en silencio, el hombre frunc´ıa el ce˜no, su cara ligeramente animal contrastaba extra˜namente con su magn´ıfica y abrumadora túnica, bordada con mucho hilo dorado. Algunos de entre la multitud que se reun´ıa alrededor de los ascensores gritaron aduladoramente: ¡Buenos d´ıas Yaxleay!. Yaxley los ignoró.
“Solicité a alguien de Mantenimiento Mágico para ocuparse de mi oficina, Cattermole.
Todav´ıa está lloviendo all´ı.
Ron miró alrededor como si esperara que algún otro interviniera, pero nadie habló.
“¿Lloviendo... en su oficina? Eso... Eso no es bueno, ¿verdad?”
Ron soltó una risa nerviosa. Los ojos de Yaxley se abrieron de par en par.
“Crees que es divertido, Cattermole, ¿verdad?”
Un par de brujas se separaron de la cola del ascensor y se alejaron apresuradamente.
“No” dijo Ron. “No, por supuesto...”
“¿Comprendes que voy de camino abajo para interrogar a tu esposa, Cattermole? De hecho, me sorprende bastante que no estés all´ı abajo cogiéndola de la mano mientras espera. Ya la has dado por perdida, ¿verdad? Probablemente sabio. Asegúrate de casarte con una sangrepura la próxima vez.”
Hermione emitió un peque˜no grito de horror. Yaxley la miró. Ella tosió débilmente y se giró.
“Yo... yo...” tartamudeó Ron.
“Pero si mi esposa fuera acusada de ser una nacida muggle” dijo Yaxley “... no es que ninguna mujer con la que yo me casara pudiera ser confundida con esa basura... y el Jefe del Departamento de Refuerzo de la Ley Mágica necesitara que se hiciera un trabajo, convertir´ıa en mi prioridad hacer ese trabajo, Cattermole. ¿Me comprendes?”
“Si” murmuró Ron.
“Entonces atiéndelo, Cattermole, y si mi oficina no está completamente seca dentro de una hora, el Estatus de Sangre de tu mujer será más grave incluso de lo que ya es ahora.”
La reja dorada ante ellos se abrió traqueteando. Con un asentimiento y una sonrisa complacida a Harry, de quien evidentemente se esperaba que apreciara este tratamiento CAPÍTULO 12. LA MAGIA ES PODEROSA
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a Cattermole, Yaxley se alejó hacia el otro ascensor. Harry, Ron y Hermione entraron en el suyo, pero nadie les siguió. Era como si fueran contagiosos. Las rejas se cerraron con un sonido metálico y el ascensor empezó a subir.
“¿Qué voy a hacer?” preguntó Ron a los otros dos, parec´ıa afligido. “Si no aparezco, mi esposa... quiero decir la esposa de Cattermole...”
“Iremos contigo, deber´ıamos permanecer juntos...” empezó Harry pero Ron sacudió la cabeza fervorosamente.
“Eso es una locura, no tenemos mucho tiempo. Vosotros dos encontrad a Umbridge, yo iré y arreglaré lo de la oficina de Yaxley... ¿pero como hago que deje de llover?”
“Intenta con Finite Incantatem” dijo Hermione en seguida, “eso deber´ıa detener la lluvia si es un maleficio o una maldición; si no lo es, algo va mal con el Encantamiento Atmosférico, lo que ser´ıa más dif´ıcil de arreglar, as´ı que como medida provisoria intenta Impervious para proteger sus pertenencias...”
“Pronuncialo de nuevo, lentamente...” dijo Ron, buscando desesperadamente en sus bolsillos una pluma, pero en ese momento el asensor saltó y se detuvo.
Una voz femenina e incorporea dijo.