Dumbledore estaba ahora revolviendo en un armario detrásde Harry y Ron. Emergió sacando una vieja tetera ennegrecida, que puso cuidadosamente een su escritorio. Levantó su varita y murmuró, --¡Portus!-- Por un momento, la tetera tembló, brillando con una extraña luz azul; luego se puso a descansar, tan sólidamente negra como siempre.
Dumbledor marchó hacia otro retrato, esta vez de un mago de apariencia inteligente con una pronunciada barba, que había sido pintado vistiendo los colores de Slytherin de verde y plateado y estaba aparentementr durmiendo tan profundo que no podía oir a Dumbledore cuando intentaba despertarlo.
--Phineas. Phineas.--
Los sujetos de los retratos que revestían la habitación ya no pretendían estar dormidos; se estaban moviendo alrededor en sus cuadros para ver mejor lo que pasaba. Cuando el mago de apariencia inteligente sigo fingiéndose dormido, algunos de ellas gritaron su nombre también. --¡Phineas! ¡Phineas! ¡PHINEAS!--
No podía fingir por más tiempo; dio una sacudida teatral y abrió bien sus ojos.
--¿Me llama alguien?--
--Necesito que visites tu otro retrato otra vez, Phineas,-- dijo Dumbledore. --Tengo otro mensaje.--
--¿Visitar mi otro retrato?-- dijo Phineas con voz aflautada, dando un largo bostezo falso (sos ojos viajaron alrededor de la habitación y se detuvieron en Harry). --Oh, no, Dumbledore, estoy demasiado cansado esta noche.--
Algo de la voz de Phineas le era familiar a Harry, ¿dónde la había escuchado antes? Pero antes de que pudiera pensar, los retratos de las paredes cercanas rompieron en una tormenta de protestas.
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--¡Insubordinación, señor!-- bramó un corpulento mago de nariz roja blandiendo sus puños. --¡Incumpliento del deber!--
--¡Tenemos el honor de servir al presente director de Hogwarts!--
se quejó un viejo mago de aspecto frágil que Harry reconoció como el predecesor de Dumbledore, Armando Dippet.
--¡Que verguenza, Phineas!--
--¿Tengo que convencerlo, Dumbledore?-- dijo una gimlet-eyed bruja, levantando una inusualmente flaca varita que parecía una vara de abedul.
--Oh, muy bien,--dijo el mago llamado Phineas, viendo la varita con ligero temor, --sin embargo quizá ya haya destruido mi retrato, está apartado de la moyr parte de la familia.
--Sirius sabe que no debe destruir tu retrato,-- dijo Dumbledore, y Harry se dio cuenta inmediatamente dónde había escuchado la voz de Phineas antes: saliendo de un cuadro aparentemente vacío en su habitación en Grimmauld Place. --Debes darle el mensaje que Arthur Weasley ha sido gravemente herido y que su esposa, hijos y Harry Potter llegarán a su casa en poco tiempo.
¿Entiendes?--
--Arthur Weasley, herido, esposa, hijos y Harry Potter irán para quedarse,-- repetió Phineas con voz aburrida. --Sí, sí...muy bien...--
Se movió por todo el marco del retrato y desapareció en el mismo momento que la puerta del estudio se volvió a abrir.
Fred, George y Ginny Weasley fueron introducidos por la Profesora McGonagall, los tres estaban desarreglados y shockeados, todavía en sus ropas de dormir.
--Harry, qué sucede?-- preguntó Ginny, que parecía asustada.
--La Profesora McGonagall dice que viste a papá ser herido...--
--Su padre ha sido herido en el curso de su trabajo para la Orden del Fénix,-- dijo Dumbledore, antes de que Harry pudiera hablar.
--Ha sido llevado al Hospital San Mungo para Enfermedades Mágicas. Los enviaré de vuelta a la casa de Siriusa, que es más conveniente para el hospital que La Madriguera. Se encontrarán con su madre allí.--
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--¿Cómo iremos?-- preguntó Fred agitado, --¿Polvos Flu?--
--No,-- dijo Dumbledore, --Viajar por Polvos Flu no es seguro en este momento, la Red está siendo vigilada. Tomarán un Portkey.-
- Indicó la tetera yaciendo inocentemente en su escritorio. --
Esperaremos a que regrese Phineas Nigellus... quiero estar seguro de que no hay moros en la costa.--
Hubo un centelleo de flamas en la mitad de la oficina, dejando atrás una pluma dorada que flotó suavemente hasta llegar al piso.
--Es el aviso de Fawkes,-- dijo Dumbledore, tomando la pluma cuando cayó. --La Profesora Umbridge ya debe saber que no están en sus camas... Minerva, vé y haz que se valla, invéntale cualquier historia.--
La Profesora McGonagall se fue en un crujido de tartán. (¿?)
--Dice que estará complacido--, dijo una voz aburrida detrás de Dumbledore; el mago llamado Phineas había reaparecido enfrente de su bandera de Slytherin. --Mi tataranieto siempre ha tenido un gusto extraño en materia de huéspedes.--
--Vengan aquí-- Dumbledore dijo a Harry y a los Weasley. --Y
rápido, antes de que venga alguien más.--
Harry y los otros se juntaron alrededor del escritorio de Dumbledore.